“Sé tú el cambio

que quieres ver

en el mundo”

M. Gandhi.

La terapia es individualizada. Las sesiones terapéuticas se estructuran en función de las necesidades  y peculiaridades de cada persona. Por ello, las técnicas empleadas y su combinación varían según la idiosincrasia de cada persona.

¿Hasta qué punto somos conscientes de nuestros pensamientos, emociones y motivaciones de nuestras acciones? Solo un 5% corresponde a nuestra mente consciente, el 95% es subconsciente.

La mente consciente (lógica o racional) se ocupa de analizar y tomar decisiones, de adquirir conocimientos, de aprender técnicas, etc.

La mente inconsciente se ocupa de nuestros sentimientos, reacciones, creencias que nos dirigen, hábitos, gustos, etc. Además, es la sede de todas las experiencias que hemos vivido y de las emociones y detalles (olores, sabores, sensaciones…) asociados a cada una de ellas. En la mente inconsciente se encuentran los pensamientos que no controlamos, los recuerdos reprimidos, impulsos, tendencias y formas de percibir que influyen directamente, aunque no seamos conscientes de ello, en nuestra forma de pensar, sentir y  actuar en nuestro día a día.

Por todo ello, y para lograr mayor efectividad en la terapia, generalmente se combinan diferentes técnicas para trabajar a nivel consciente y subconsciente:

  • Psicoterapia para trabajar a nivel consciente.
  • Terapia regresiva para ir a la raíz subconsciente del problema y trabajarlo in situ.
  • Hipnosis clínica para ayudar a reprogramar la mente en la dirección de las metas deseadas.

Esta forma de combinar el trabajo a nivel consciente y subconsciente ayuda a sanar, a fortalecerse interiormente y poder retomar las riendas de la propia vida con consciencia, satisfacción, seguridad y confianza.